He dedicado muchos años a la investigación y a la docencia en el campo de la lingüística, y tanto los conocimientos teóricos como el contacto permanente con la gente joven me han enseñado la gran importancia de la comunicación: en las aulas, por los pasillos, en el bar… Cuando las personas se entienden, caminar es mucho más fácil.
Por su parte, los estudios de derecho, la experiencia en el ámbito de los derechos humanos y la vida misma me han llevado a mirar los conflictos muy de cerca y a descubrir que, si se hace una buena gestión, se pueden hallar soluciones sin necesidad de llegar al enfrentamiento, a la violencia, a los tribunales, o a las guerras.
Y precisamente eso es lo que puedo y lo que quiero ofrecer: unas buenas y nuevas herramientas de gestión y comunicación para que las partes en conflicto sean capaces de abandonar viejos paradigmas y construyan, unidas, caminos nuevos de entendimiento y de paz.